Fès, viaje a la Medina
/El día de festivo y de oración es el viernes. En Fès, la Medina está cerrada pero en la avenida Hassan II las tiendas permanecen abiertas. El sábado y el domingo regresa la actividad a la Medina y cierran las tiendas del centro de Fès.
En Marruecos, conviven dos mundos: el tradicional y el moderno. Es un tópico, pero es cierto: adentrarse en la Medina es viajar, retroceder en el tiempo. Y es en la Medina donde Fès —Fèz durante los años de dominación francesa— se vive en toda su antigua intensidad, con su fragancias, sus olores, con sus gentes amables o extrañamente hostiles.
Fès de mil caras y mil perfumes, con callejuelas que no llevan a ninguna parte y calles que te transportan a ese mundo olvidado, casi medieval donde los distintos gremios comparten el mismo espacio. En un calle se teje, en otra se trabaja de manera artesanal el cobre y la plata; más allá se venden dulces o especias, sedas y perfumes.
La Medina está limpia, impoluta. El servicio de limpieza y recogida de basura funciona de manera impecable. El lugar es grato a la vista de quien lo habita y quien lo visita.
En los pasajes más angostos, cuando escuchas la voz balak balak debes apartarte y dejar paso a burros y mulas que transportan pieles, objetos y mercancías de un lado para otro. Un burro desciende por el callejón. Carga pieles de camello que los curtidores limpiaran con excrementos de paloma y teñirán en el patio de curtido, un lugar de olor apestoso e imágenes irrepetibles.
Hay mezquitas y madrazas, palacios y riads ocultos en el laberinto, rincones con encanto donde parar un momento o pasar unos días.
Nunca antes había estado en Fès, pero en mi imaginación sobreviven paisajes descritos por Paul Bowles, de sus cuentos y novelas. Recuerdos de un mundo ficticio que se mezcla y da vida a la realidad, mientras caminas y caminas, y te pierdes, la luz cambia, y te encuentras, oscurece, y te buscas en las calles de Fès.
Guía del viajero
CÓMO LLEGAR
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DONDE DORMIR
Barceló Fès Medina Inaugurado hace tan solo unos meses, el Barceló Fès medina se ubica en la avenida Hassan II, la parte moderna de la ciudad. Para más información consulte su página web:www.barcelo.com
La base de la cocina marroquí es el cuscus, preparado con sémola de cebada. Se acompaña de verduras o carnes. Las sopas de tomate y de féculas, así como la keshra, el pan redondo cocinado en hornos caseros, son algunos de los platos más corrientes. La pastilla, o bstila, es una pasta de hojaldre rellena de carne, almendra, huevo y canela es un plato cocinado para celebraciones familiares. Las ensaladas frías, a base de berenjena, tomate y otras verduras son deliciosas. Y, obviamente, toda la geografía marroquí está impregnada del sabor del té de menta, la bebida nacional por excelencia.
ONDA CERO
Si quieres escuchar la intervención de Ramón Villero sobre Fès, en el programa “Gente Viajera” de Onda Cero, dirigido por Esther Eiros.